Remontate al cielo,
a aquel espacio de donde
nunca tendrías que haberte ido.
Es tu lugar, tu momento,
asique yo solamente
daré mi sangre para que retornes.
Intentaré la finalidad,
pero sólo cuando sea necesario.
Solo cuando deje de cantar
a mis oídos quietos
la musa de la Poesía.
...y que ojalá no deje de cantar nunca.
ResponderEliminarUn beso grande, Setzel/Sigfrid :)