Tu, Venus, mujer
de cabellos ardientes
y salida del mar.
Amor filosófico
siento ante tus deslices.
Un dulce sabor
se pasea en mis labios,
en mi mente, en mi mano,
al recordar tu figura.
Se que en este mundo
contigo no puedo estar.
Mis delirios son gigantes
pero no te pueden crear.
Por eso, quizás,
en letras y papeles
estás reflejada
tanto en pensamientos,
acciones y voz
como en figura.
Por eso, entonces,
debo buscar un complemento
cercano a esa idea,
una diosa encarnada,
una Cristo que me salve
de mi oscuridad con su Amor.
increible!!!
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