lunes, 21 de noviembre de 2011

Segundo pensamiento

Corra hacia el tren,
suba en el colectivo,
compre en el almacén,
mi sentimiento es el mismo:
la ciudad me absorbió.

A veces me considero
consagrado desde el nacimiento
a la urbe, a su velocidad,
a sus sonidos dispares
que tan contradictorios son.

Encuentro espacios de paz
en alguna plaza perdida
pero no alcanza para liberarse,
porque fuera perdura
el mar de acero y asfalto.

Así las cosas, solo queda
adaptarse al vértigo,
invadirse por la corriente eléctrica,
someterse al calor de verano
matizado por una bebida dietética.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Decime qué pensás, que sentís, si te gusta o lo que quieras!