Recorro tu angustia,
tu indecisión y sistemas.
Recuerdo tu rostro, pálido
ante mis pedidos sensuales.
Finalmente accedías a un ensayo,
no más que simples besos.
Todo quedó asfixiado;
la sincronización social
nos ha quitado
aquella frescura.
Todo ha perdido
su pureza (si la tuvo).
Ahora solo queda
revivir las páginas amarillentas
de un amor umbrío
desde el nacimiento...
O dar vuelta adelante
y emprender rumbo
hacia donde sale el Sol.
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