la misma pregunta sin respuesta;
desolada como una triste
capitana sin timón.
La mente la engaña,
y ella sufre sin marcarse el físico.
''¿Vale la pena?'', gime en silencio
frente a un muro de espectros.
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Segundas leyes, segundas interpretaciones. |
Una segunda reforma,
tercera y cuarta ya;
la soberbia la persigue
y no consigue escapar.
'Dama tan herida
y tan feroz;
no podés ver la belleza
que se encarna en vos...'
Yo me derpierto triste haciéndome preguntas que no tienen respuestas.
ResponderEliminarNo sé si vale la pena, creo que por ahora no lo voy a saber pero algo me dice que siga.
Quiero creer que no soy soberbia y no doy dama pero me hirieron, no soy bella pero algo se encarna en mí, el dolor.
No sé, me pintó verdurear.
Un beso :)