Y sin embargo sonrío

El timbre me despertaba
de un letargo de imbecilidad
que yo buscaba,
que me divertía.

Oír el final de los días,
que dulce melancolía
me invade al solo pensar
en mi secundaria.

Ya pasó, ''soy un hombre serio''.
Parece ese un objetivo
cuando es el límite
que rompe mis sueños.

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Entre la quebrada y la Luna,
se alza un monte espléndido.
Quiero habitarlo, vivirlo.
Recorrerlo con dulzura.

Cada danza ritual,
un encuentro postergado,
un sentimiento consumado;
es el camino que nos une.

Y dejé, lo sé, la seguridad
de mi segundo hogar
por una casa nueva
donde no conozco ni siento.

Pero confío en el lapso,
en la cuerda, en la lámpara,
en mi seguridad, en sus miradas,
en mi recuerdo, en mi alma.

La Brigada, la secundaria, la amistad...

En homenaje a mi vida como estudiante del colegio secundario y en base a mi melancolía sobre esta etapa de mi vida, entre grupos de personas nuevas.