haz de mí dominio
y se libre, para entregarme
cuando te canses.
Para cuando termines,
deja el pétalo en el suelo,
coloca el capullo en la roca,
olvida la almeja en la arena.
Para entonces,
el viento dejará ruinas
en este vecindario solitario
sin piedras de testimonios.
Y asimismo, con el viento
pegándome en la cara,
seguiré caminando, esperando,
viendo tu amor acercarse.
Para algunas cosas, querida, no hay remedio... Van a suceder.
Pues si suceden de manera inevitable, que lo hagan con la misma suavidad y delicadeza con la que relatan tus palabras.
ResponderEliminarUn beso :)
No me voy a cansar de decirtelo...HASTA LEER TU LIBRO Y BESTSELLER NO PARO, YO NO PARO.
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